martes, 24 de mayo de 2016

LA COMPETITIVIDAD




Lo que antes era colaboración entre iguales para, por ejemplo, tener una buena cosecha que asegurara la manutención del pueblo, ahora es competencia y resquemor por que los otros puedan tener mejores resultados. Hemos pasado de la solidaridad entre vecinos a la desconfianza y el deseo de que ellos se lleven todo lo malo. En las escuelas ya no se oyen palabras como honradez o solidaridad, en su lugar atruenan atroces conceptos como competencias y procedimientos. Los modelos sociales a seguir ya no son aquellos basados en el apoyo mutuo y la hermandad, en la actualidad son los basados en el egoísmo y la famosa competitividad: en ser mejores que los demás y, por tanto, en que los demás son el enemigo. La competitividad destroza sociedades enteras al poner por encima de todo el valor supremo de la victoria sobre los otros, generando odios irracionales y malsanas existencias que sólo conducen a la insensatez de los seres humanos y la destrucción de todo lo que nos rodea.

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