martes, 26 de abril de 2016

CAMBIAR EL PAÍS




No quiero sólo un cambio de gobierno, quiero cambiar el país. Quiero un país distinto, en el que se imponga la solidaridad. Un país sin fraude fiscal, porque es necesario un gran esfuerzo de recaudación para que sea posible instrumentar políticas de solidaridad y políticas de transformación. Un país sin corrupción pública ni privada. Un país con verdadera democracia, que no esté trucado el sistema político por unas normas electorales y parlamentarias que hoy lo hacen hermético a las demandas sociales, que sea capaz de resolver los problemas en vez de enquistarlos.

Quiero un país educado, con formación, para todas las capas sociales, que invierta en educación y en verdadera investigación; consciente de su potencialidad cultural que cuenta con una lengua castellana que es una de las más habladas del mundo.

Lo tengo muy claro. No quiero un simple cambio de gobierno: quiero proyectar un país nuevo y materializarlo. Para ello, debemos comenzar desde abajo: por los ayuntamientos, por las asociaciones locales, por los movimientos ciudadanos que consiguen cambiar las cosas. Necesitamos eliminar en los ayuntamientos primero y más arriba después los obstáculos que se oponen al cambio.

Debemos aportar y actuar ya como ciudadanos de ese país, y no como habitantes del país injusto y desigual que tenemos ahora.

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