sábado, 11 de junio de 2016

LO NORMAL




Nunca he entendido muy bien lo que significa "normal". En teoría, es lo ajustado a la norma, lo que respeta la ley, lo que no transige el orden establecido. Pero creo que el concepto ha ido cobrando una dimensión más amplia, al identificarlo con todo aquello que no causa sobresalto, ni en un sentido ni en otro. Sería, en suma, el punto medio, que decían los clásicos, allí donde se encontraba la "virtud" y, por lo tanto, el equilibrio, la estabilidad.

Me temo, sin embargo, que de tanto utilizar dicha noción en ese sentido ha acabado adquiriendo un cierto tono peyorativo, como cuando se dice de alguien que es "una buena persona", seguramente porque nada más se puede decir de ella. Triste, ¿no? Y, desde luego, triste es también la sensación que se apodera de quien considera que lo que sucede a su alrededor es normal porque se ajusta a su idea de normalidad. Vistas así las cosas, el conformismo, la apatía, la ausencia de espíritu crítico, la aceptación sumisa de cuanto sucede a su alrededor se convierte en pauta de conducta que, a la postre, deriva en la insignificancia. Lo que es todavía más triste pues, como en una ocasión dijo Augusto Roa Bastos, "la verdad nunca es excesiva; sólo lo insignificante es excesivo". En otras palabras: luchemos por la verdad y pasemos de la insignificancia. 


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