martes, 20 de septiembre de 2016

ESTO ES UNA CLOACA




La actualidad corrupta de nuestra política es como un hedor indescriptible que se agarra a los cerebros y que impide pensar con claridad sobre los acontecimientos. Algo así como una cloaca cuya pestilencia tiene narcotizada a la sociedad. Y es que no hay día que no amanezcamos con un nuevo escándalo, o se reavive uno antiguo, para estupefacción saturada de la ciudadanía.

Los dos partidos que se han alternado históricamente en el poder han consentido, cuando no compartido, comportamientos delictivos y poco dignos con absoluta normalidad. Sacar tajada de la política era lo normal. Algunos habían mamado esta conducta directamente de sus padres y de esa época de "extraordinaria placidez" que fue el franquismo y la democracia no había supuesto ningún obstáculo para seguir con sus tejemanejes.  Otros no se sabe bien si ya venían corruptos de serie, y por ello se metieron en política, o se fueron pudriendo al tocar un poco de poder. En cualquier caso parece que las mordidas, las comisiones y todas las demás miserias de las que nos vamos enterando se toleraban como una tradición no explícita de cuya existencia los gerifaltes de los partidos tenían que ser sabedores. O sea, cómplices.

Esto de hablar de tradiciones repugnantes, como la del latrocinio al pueblo por parte de los servidores de la patria, me ha traído a la cabeza el asunto del Toro de la Vega y la defensa de la tradición de lancearlo hasta la muerte que hacen sus partidarios. Ustedes pensarán que no guarda relación. Más de lo que parece.

Dos civilizaciones se están enfrentando continuamente en el coso patrio. Pasa en política y pasa en otros ámbitos de la vida como la tauromaquia. Dos maneras contrapuestas de pensar y entender la realidad. Normalmente, quienes postulan tradiciones deleznables como meter la mano en la caja común, evadir capitales o blanquear dinero se llenan la boca proclamándose patriotas. Los salvajes que se empecinan en lancear una bestia hasta la muerte también.

Esta patria que defienden es enemiga de la mía. Efluvios de la cloaca pestilente de la que hablaba al principio. Un pozo negro y maloliente que no se ha cerrado desde la dictadura y del que surgen reptando personajes siniestros que pretenden apropiarse la patente de la patria en su interés personal. Pueden situarse a la izquierda o a la derecha. Son camaleónicos. Y se ponen la sensibilidad y la vergüenza por montera. Son la España negra y profunda. Esa España que lancea a la otra media.

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