LA VERDAD
Considerar
la propia verdad como la única posible significa negar toda búsqueda de la
verdad. Quien está seguro de poseer la verdad no necesita ya buscarla, no
siente ya la necesidad de dialogar, de escuchar al otro, de confrontarse de
manera auténtica con la variedad de lo múltiple. Sólo quien ama la verdad puede
buscarla de continuo. Esta es la razón por la cual la duda no es enemiga de la
verdad, sino un estímulo constante para buscarla. Sólo cuando se cree
verdaderamente en la verdad, se sabe que el único modo de mantenerla siempre
viva es ponerla continuamente en duda. Y sin la negación de la verdad absoluta
no puede haber espacio para la tolerancia.
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