martes, 22 de marzo de 2016

ERRADICAR LA POBREZA





Hay pobreza y ésta crece por un sistema injusto que no quiere ni permite la distribución equitativa de la riqueza.

La pobreza no es sólo cuestión de ingresos, por supuesto, porque pobreza es también la falta de educación, ausencia de sanidad, no poder acceder al agua potable ni a las estructuras de saneamiento…

Nelson Mandela nos recordó que la “pobreza no es un fenómeno natural; la causan los seres humanos. Acabar con la pobreza, como dice Mandela, “es un acto de justicia. Es proteger el derecho humano fundamental a la dignidad y a una vida decente”. Y, si de justicia y de derechos humanos hablamos, se necesita una acción política y decisiones políticas. Acabar con la pobreza exige una acción política transformadora para acabar con el actual modelo socio-económico. Modelo basado en la posesión de casi toda la riqueza por una minoría, el crecimiento exponencial como motor de la economía y la obtención también exponencial de beneficios, pero no la satisfacción de derechos y necesidades.

Hay pobreza porque una minoría acumula riqueza desmesuradamente en detrimento del resto de la población. Y porque este sistema socio-económico genera desigualdad, necesita desigualdad. Y la desigualdad siempre genera pobreza.

Proponerse acabar con la pobreza es una exigencia ética de elemental dignidad y no se acabará con la pobreza hasta no acabar con este sistema, en el que la riqueza se acumula en muy pocas manos.

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