miércoles, 9 de marzo de 2016

EL FINANCIERO Y EL PESCADOR




Erase una vez un pescador que descansaba tumbado en su barca leyendo un libro, tomando una cervecita, escuchando música y dando pequeñas cabezadas cuando de repente se le acercó un yate de 33 metros de eslora que llevaba al mando a un rico financiero.

El financiero se asomó y saludó al pescador:

– Buenos días

– Buenos días -contestó el pescador.

– ¿Qué? ¿No hay buena pesca hoy?

– Sí, sí. Hay muy buena pesca.

– ¡Ah! ¿Entonces que haces ahí descansando?

– Nada, ya he pescado suficiente por hoy y estaba aquí tranquilamente leyendo antes de volver a casa.
– ¿Volver a casa? Si son las 12.00 de la mañana. Pero, ¿por qué no aprovechas para ir a pescar más?

– ¿Y qué haría con eso? – respondió el pescador.

– Pues tendrías más producto que vender y podrías obtener más beneficio.

– ¿Y qué haría con eso?

– Pues podrías invertir ese beneficio en un motor con lo que podrías navegar más rápido y en aguas más profundas con lo que aumentarías la productividad y obtendrías todavía más beneficio – explicó el financiero.

– ¿Y qué haría con eso?

– Pues podrías adquirir una flota entera o hacerte con barcos de la competencia. E incluso podrías contratar bien baratita a toda una tripulación a tus órdenes, expandirte por aguas internacionales y así pescar todavía mucho más.

– ¿Y qué haría con eso?

– Pues podrías generar un montón de fondos con los que invertir en los mercados financieros como yo: mercados de futuro de atún, derivados del rodaballo o certificados de seguros de sardineta. Aquí sí que podrías ganar muuuuuuucho dinero.

– ¿Y qué haría con eso?

– Pues te podrías comprar 4 casas, 5 coches, 2 caballos, 8 televisores de plasma, un lavabo con grifería de oro y hasta podrías comprar un yate como el mío con el que podrías salir al mar, navegar libremente y disfrutar de la vida.

– ¿Y qué coño te crees que estoy haciendo en este mismo momento? – Contestó el pescador satisfecho.






No hay comentarios:

Publicar un comentario