martes, 15 de marzo de 2016

EL DESEO




El deseo es una gran herramienta para avanzar. Pero, también, nos puede llevar a la autodestrucción. Siempre deseamos algo que no tenemos. Además si lo que deseamos está lejos o es algo prohibido, nuestras ganas se exarceban aún más. Pero una vez conseguido, se pierde toda la magia o la ilusión. Puede que lo disfrutemos durante un tiempo pero, en seguida, ya no resultará novedoso y buscaremos nuevos retos. Nunca quedamos contentos, siempre queremos algo más.

La forma en que se desenvuelven nuestros deseos define y determina toda la historia de la humanidad. A medida que estos se desarrollan, incitan a las personas a estudiar su medio ambiente, de forma que puedan colmar sus deseos. En cada generación, y en cada persona, los deseos se vuelven más y más fuertes, más egoístas. Este desarrollo de nuestro egoísmo nos llevó a la actual crisis económica, social, ecológica. Todos vivimos en un mismo planeta con recursos limitados, mientras nuestros deseos siguen creciendo y creciendo de forma ilimitada.

¿Cuál será la solución? Un consumo razonable, una transformación de nuestros deseos egoístas en los deseos que beneficiaran no sólo  a nosotros mismos sino a la sociedad y al medio ambiente en que vivimos. Tenemos que dejar de “tener” a favor de “ser”.


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