LA MEDIA MANTA
Damián era ya un
anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado con ahínco
para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido
en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su
vida y su escasa fortuna. A los 70 años Damián se encontraba sin fuerzas, sin
esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante
profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin
que este apareciera y decidió por primera vez en su vida pedirle un favor a su
hijo.
Damián tocó la
puerta de la casa donde vivía su hijo con su familia.
- ¡Hola papá!
¡Qué milagro que vienes por aquí!
- Ya sabes que no
me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo.
- Pues a nosotros
nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta es tu casa.
- Gracias hijo
sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo. Entonces ¿no te
molestaría que me quedara a vivir con vosotros? ¡Me siento tan solo!
- ¿Quedarte a
vivir aquí?, si… claro… pero no sé si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es
pequeña, mi esposa es muy especial… y luego los niños…
- Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo,
no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.
- No padre no es
eso, sólo que… no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de
su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían… o sólo que no te moleste dormir en
el patio…
- ¿Dormir en el
patio? Está bien.
- El hijo de
Damián llamó a su hijo Luis de 12 años:
- Dime papá.
- Mira hijo, tu
abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una manta para que se cubra en
la noche.
- Sí, con gusto
papá… ¿Y dónde va a dormir?
- En el patio, no
quiere que nos incomodemos por su culpa.
Luis subió por la
manta, tomó unas tijeras y la cortó en dos partes. En ese momento llegó su
padre:
- ¿Qué haces
Luis? ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?
- Sabes papá,
estaba pensando…
- ¿Pensando qué?
- En guardar la
mitad de la manta para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa.
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