Desde
hace un tiempo alejo de mi vida a las personas que solo buscan el interés, a
los hipócritas que dan la razón a todas las partes, a los que solo te dirigen
la palabra para medrar, a los amores que quieren anularte, a las personas
soberbias, a los covachuelistas y serviles, a los envanecidos, a los
murmuradores, a los quieren llevar siempre la razón, a los que buscan primero
la crítica mordaz antes que las cosas positivas, a los difamadores, a los
perversos, a los ignorantes que no quieren aprender nada, a los egoístas que
son incapaces de la mínima empatía, a los amargados y rencorosos, a los
envidiosos... Durante un tiempo temí quedarme solo pero no. En un momento de la
soledad levantas la mirada del suelo y comienzas a encontrar un puñado de personas
lo suficientemente amplio como para reconstruir de nuevo el mundo. Un mundo
ancho y habitable. Aunque no lo parezca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario