El presente es un
tiempo fragmentado, impreciso e indeciso. Es decir, no se ve por dónde vamos.
Con un futuro que no va más allá de los cinco minutos siguientes, y un pasado
que nos hemos ocupado de borrar de manera sistemática. Asistimos a la rápida
evolución del “aquí y ahora” pasar al ¡ya, mismo! A la intimidad le sobra
escenografía, a la vida le sobra teatro y drama, y una hipertrofia de realidad
descentra nuestras figuras sin referentes, en un mundo dónde predominan dos
líneas juntas: poder y placer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario