* En tiempos de ruido se oirán las viejas palabras.
En tiempos de ruido se oirán las viejas palabras; las
viejas por rancias, quiero decir. Porque hay muchas palabras antiguas que son
sesudas y muy frescas. Pero los nombres de quienes pronunciaron éstas y cuyo
sentido y verdad siguen en vigor no suelen ser recordados, porque escuecen a la
vaciedad de nuestra era y a quienes se creen propietarios de nuestros ámbitos.
Esas palabras paridas por el ruido que se emitirán de modo altisonante hasta
hacer rechinar nuestras neuronas, por ejemplo servicio a la nación,
continuidad, unidad, sacrificio, entre tantas otras, es decir, las de siempre,
se verán acompañadas por imágenes de falsete y de dudosa credibilidad.
Sospechad de las palabras hueras, que son siempre sinónimo de carencia (carencia
de prudencia, de fortaleza, de sinceridad, de reconocimiento, de respeto,
etcétera). Intentarán sustituir con ellas lo que no se nos concede con hechos
nuevos ni estructurales que mejoren la convivencia colectiva. Atentos, pues, a
las andanadas de la necedad.
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