Si regalamos tiempo es un regalo de
gran lujo, porque estamos dispuestos a perderlo. Una cosa cara y una cosa
barata, pueden diferenciarse mucho o pueden no diferenciarse en nada: depende
del tiempo que contengan. Por ejemplo, el tiempo de trabajo necesario para
conseguir el dinero que permita comprarla. O el tiempo de búsqueda. O el tiempo
de confección. El valor añadido siempre es lo que envuelve el regalo con
envoltura de emociones y oro de dedicación. Hay regalos que iluminan nuestras
vidas y las hacen un poco menos solitarias. Hacer, confeccionar, buscar un
regalo, es la medida exacta de la importancia que le damos a la persona que se
lo hacemos.
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